Jeremias comienza este pasaje titulando el tema como: «La sabiduría del Señor». Reflexiona en cuanto daño te has hecho, cuando has reemplazado, la dependencia total y absoluta del brazo del Señor, y lo has cambiado por el limitado y débil brazo del hombre.
Un dependiente emocional es inestable e indeciso para tomar sus decisiones. Por ello necesita a alguien fuerte, en el cual pueda apoyarse moral y emocionalmente. Esa falsa fuerza le llevará a alimentarse de forma mendiga, recibiendo migajas de los demás de quienes depende y creyendo que lo que recibe son manjares emocionales.
Los dependientes son como raquiticos árboles del desierto, sin esperanza y desolados. A diferencia de los que han puesto en el SEÑOR, su esperanza y su confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río, tienen raíces que se hunden en las aguas. Podrá venir la sequía, no sentirán nunca temor ni les afectará el calor.
Sus hojas estarán siempre verdes y nunca dejarán de producir fruto. No reemplaces el amor divino por el humano, no confíes más en los hombres que en Dios. No deposites tu ciega confianza en los hombres como si ellos fuesen Dios. Siempre encontrarás algo en las personas, que te llevará a decepcionarte de ellas. Dios no te decepcionará jamás. Deja que su amor pueda cubrirte y ponga hermosas las hojas, flores y frutos de tu árbol.
El próximo martes te daré consejos para ser libres de la dependencia emocional. Te invito a ver la primera parte de ésta enseñanza, en el programa Directo al corazón ♥, todos los martes y jueves a las 6pm, por el canal cbintv de youtube. Te dejo el enlace para que ingreses. No olvides suscribirte a este blog, deja tu comentario en la caja, en la parte final de este artículo y comparte con otros.
Recuerda que Dios no ha terminado contigo.
Abrazo fraterno.
Pr. José Ángel Castilla
Dios no ha terminado contigo 