Un corazón endurecido

Desde que Dios me hizo un llamado para ejercer mi pastorado, me ha venido instruyendo y formando en temas de sanidad emocional. El referente bíblico que he tenido, ha sido el pasaje de Proverbios 4:23, en donde se nos insta respecto al guardar nuestro corazón, por sobre todas las cosas guardadas. Por eso tenemos la responsabilidad de no permitir que las circunstancias del pasado o del presente nos lo endurezca. Un corazón endurecido como roca, le pertenece a una persona dolida, que no cerró correctamente algunos ciclos en su vida y fue dañada por un trauma emocional del pasado que hoy, mucho tiempo después se le dificulta e impide perdonar. Pregúntate hoy: ¿Qué te duele, molesta o no aceptas de los demás? ¿Al cabo de los años, a quien aún no has podido perdonar? La consecuencia de tener en poco la palabra de Dios, la falta de perdón y levantar ídolos, termina endureciendonos el corazón.

Tienes que soltar el control emocional sobre otros y no amargarte por lo que no puedes cambiar de los demás. ¡La obra la hace Dios, no tú! Hay personas que se sienten que no tienen nada que cambiar en sus vidas y nosotros no podemos forzar esos procesos. En mi vida ministerial me ha tocado soltar y entregar al Señor, personas que luego de orar y aconsejar, no quieren caminar con el Dios de la Biblia, sino ser guiados por su propia opinión y por lo que uno llama, un ídolo que piensan ellos, que es Dios pero no es así. He entendido que es Dios quien obra el milagro en ellos y en Su perfecto tiempo, estarán en sus caminos.

Dios tiene un momento para cada uno. El profeta Ezequiel nos habla en este pasaje, que el Señor está listo para darnos un nuevo corazón. El de piedra, queda atrás y da lugar a uno tierno y receptivo.

GUARDA tu corazón de toda toxicidad emocional. RENUNCIA al corazón de piedra, a la amargura, a la falta de perdón y a la terquedad en el nombre de Jesús.

El corazón de piedra: Pierde y rompe relaciones valiosas, es conflictivo, no perdona fácilmente, es altamente agresivo verbal y todo le importa poco, se vuelven personas egocéntricas e insensibles, porque la gente deja de ser importante para ellas y quieren ser servidos, pero no sirven a nadie. El corazón de piedra necesita del amor del Padre. La falta de comunión con Dios y no abrirse contando lo que sucedió en sus vidas, los lleva a ser autosuficientes.

Evalua con el Espíritu Santo las cosas que han permitido que tú corazón haya perdido la ternura, la sensibilidad, el amor y se haya convertido en una piedra. Dios te cubre en amor y te transforma de desierto a rio. No permitas que un doloroso evento del pasado determine quien eres y la forma como tratas a los demás. Recuerda que el no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba una nueva entrada. Reenvía el enlace de ésta reflexión a tus amigos y familiares. y difúnde este artículo entre tus contactos. Abrazo fuerte.

Pr. José Ángel Castilla